Los terapsidos fueron un grupo de sinápsidos que vivieron durante el Pérmico y el Triásico. Fueron los antepasados de los mamíferos modernos, y se caracterizan por tener varias características que los distinguen de los otros sinápsidos, como una mandíbula más compleja, un oído interno más desarrollado y un cráneo más grande.
Los terapsidos se dividieron en dos grupos principales: los cinodontos y los dinocéfalos. Los cinodontos eran un grupo diverso de animales que incluía a los ancestros directos de los mamíferos. Los dinocéfalos eran un grupo más especializado de animales que se caracterizaban por tener grandes cráneos con cuernos o protuberancias.
Los gatos son mamíferos, por lo que sus ancestros se remontan a los cinodontos. Los cinodontos más antiguos eran pequeños animales parecidos a los reptiles, pero con algunas características que los diferenciaban, como una mandíbula más compleja y un oído interno más desarrollado. De hecho se especula que algunos terapsidos carnivoros tenían una apariencia como de una mezcla entre un leopardo y un lagarto monitor.
A medida que los cinodontos evolucionaron, se hicieron más parecidos a los mamíferos modernos. Los primeros mamíferos verdaderos aparecieron en el Triásico tardío (hace unos 250 millones de años) y se caracterizaron por tener pelo, producir leche para amamantar a sus crías y ser de sangre caliente.
Los gatos pertenecen al orden de los carnívoros, que también incluye a los perros, los lobos, los osos y los zorros. Los carnívoros se caracterizan por tener dientes afilados y garras retráctiles, que les permiten cazar y comer presas.
Los gatos son un grupo de mamíferos muy exitosos que se han adaptado a una amplia gama de entornos. Se encuentran en todo el mundo, desde los desiertos hasta las selvas tropicales.
La relación entre los terapsidos y los gatos es, por lo tanto, una relación evolutiva. Los gatos son descendientes de los terapsidos, y comparten muchas características con ellos, como una mandíbula compleja, un oído interno desarrollado y un cráneo grande.
Aquí hay algunos ejemplos específicos de cómo los terapsidos se relacionan con los gatos:
- La mandíbula: Los terapsidos tenían una mandíbula más compleja que los otros sinápsidos. Esto les permitía masticar alimentos más duros y variados. Los gatos tienen una mandíbula similar, que les permite masticar huesos y otros alimentos duros.
- El oído interno: Los terapsidos tenían un oído interno más desarrollado que los otros sinápsidos. Esto les permitía oír sonidos más agudos y lejanos. Los gatos tienen un oído interno similar, que les permite escuchar sonidos muy agudos, como el maullido de otro gato.
- El cráneo: Los terapsidos tenían un cráneo más grande que los otros sinápsidos. Esto les permitía tener un cerebro más grande, lo que les daba una ventaja en el aprendizaje y la adaptación. Los gatos tienen un cráneo similar, que les permite tener un cerebro grande, lo que les permite aprender y adaptarse a nuevos entornos.
En conclusión, los terapsidos son un grupo de animales extintos que dieron origen a los mamíferos y varias de las características que hoy podemos observar en nuestros gatos, aparecieron por primera vez en los terapsidos.
